En esta entrada quisiera desmarcarme un poco de la temática habitual, para centrarme en una de las señas de identidad de Sevilla en los últimos 10 años ( se inauguró en Julio de 2007). Al principio criticado, ya que iba ser una reducción del espacio para la circulación de vehículos a motor pero después del paso del tiempo, el carril ha pasado a ser parte del paisaje urbanístico de la ciudad. Aunque con matices, ya que quisiera dar mi opinión personal como usuario de bicicleta y por ende, de los 180 km de carril bici que atraviesa la ciudad de Norte a Sur y de Este a Oeste.
A mí, personalmente, me ha salvado de usar el coche y hasta el transporte público. Lo he usado durante años para ir al trabajo y me ha encantado hacerlo. Lo bueno de esta ciudad, es que al ser tan llana, no es difícil circular en bicicleta. Se han abierto nuevos negocios relacionados con el mundo de los dos pedales y potenciado otros que ya estaban. Puedes recorrer la ciudad de una punta a otra en poco más de una hora y media (más o menos, que los semáforos también tenemos y debemos respetarlos), están repartidos por toda la ciudad, incluido una parte en el centro. Disponemos de un parque de bicicletas de alquiler que es la envidia del resto del país. Y hasta aquí las alabanzas. A partir de aquí, un poco de crítica constructiva:
No se pintan los carriles en años, y es que, aunque no lo parezca, con el tiempo, el color verde del carril, se va gastando, sólo viendo un color reluciente en tramos nuevos o en tramos que han sido levantados por obras y puesto de nuevo. No es que no se vea, pero si se pinta, se vería mucho mejor la delimitación.
Aunque el Ayuntamiento potencia el uso de la bicicleta ( cosa que será eternamente agradecido ) no instala tantos aparcamientos como se debiera y no me refiero a los centros públicos ( las universidades y centros oficiales tienen a espuertas) sino, más bien, a cualquier parte que sería susceptible de ser espacio para aparcamiento. A mí personalmente, me da mucho reparo aparcar la bicicleta en árboles, farolas y señales de tráfico, pero por ejemplo, si vas al centro, excepto un aparcamiento enfrente del edificio del Ayuntamiento, en pocos sitios más se puede aparcar.
Algo que deberíamos aprender de otras ciudades españolas, o de Japón, sería tener parkings vigilados de bicicletas. Si lo hay de coches, ¿Por qué no de nuestras amigas de dos ruedas?. Cada vez somos más los ciudadanos que circulamos a dos ruedas y sin motor, ¿No nos merecemos cierta vigilancia para nuestro transporte diario?. Recuerdo cuando estuve en el país Japón ( una estancia de tres meses ) hace años, que había un parking para bicicletas en cada estacíón de tren y / o metro, vigilados normalmente por personas ya de mediana edad, quizás jubilados, que para sentirse útiles, seguían trabajando. Recuerdo que con el tiempo me decían “el Supeijin” (español en japonés) y nunca, nunca, me aceptaron una propina de agradecimiento.
También, se debería ver mejor la delimitación del carril bici en el centro de la ciudad, siendo simplemente una línea blanca o una suerte de señales difusas en el acerado, con lo que la circulación se hace un poco más tediosa.
Pero no todo es culpa del Ayuntamiento, que hay que reconocerle, cada vez, más kilómetros de carril construido, sino mas bien del CIVISMO, por parte, tanto de ciclistas, como de viandantes, no se libra ninguno ( y vaya el burro por delante aún siendo ciclista). Después de 10 años de carril, aún no se respeta ni por un lado ni por otro. Por un lado, que muchos utilizan el carril como si de una contrarreloj del Tour de Francia se tratara, yendo a una velocidad inadecueda, por no decir peligrosa por la ciudad, creyendo que es su feudo personal e instransferibe. Creedme, en diez años, me he encontrado a muchos así, siendo testigo de accidentes,entre peatones y ciclistas y entre propios ciclistas, por querer imitar a Alberto Contador. Y de ir por la acera de un modo temerario ni hablemos.
Por el otro, viandantes allanando de forma abusiva el espacio dedicado a la bicicleta. No soy persona de usar el timbre, ni de llamar la atención, me considero muy comprensible respecto al tema, sobretodo viendo personas, con movilidad reducida que usan el carril y les alabo el gusto. Otra cosa son las personas ( y aquí no hay un target de edad, me las he visto de todos los colores ), que aún teniendo un acerado amplio y respetable, no dudan en usar el carril bici para pasear, ya que piensan que están en “su derecho” ( y eso es textual, me ha pasado alguna vez que otra ). Como no me gusta discutir, no lo hago, ya que a veces es un desgaste de esfuerzo y ánimos, así que no les hago caso. Y hay un tercero en discordia, los conductores de vehículos a motor, que en no pocas ocasiones, aparcan encima del carril u osbtruyen el paso y circulación de la misma. Es algo diario y que poco eco tiene.
Otra cosa que quisiera puntualizar: si pensaban que el tráfico se iba a reducir de forma notable, debo decir que no mucho, quizás se haya notado algo, personalmente no he visto una bajada que sea, digna de mención, lo que si he visto y he experimentado, es el cambio del transporte público por la bicicleta.
En definitiva, bien por el Ayuntamiento, gracias por estos 180 Km ( por ahora ) de carril, pero debería potenciar dos cosas: más aparcamientos, mejor delimitación y mas campañas cívicas dirigido a ambas partes, que todos debemos compartir el mismo espacio y si es con educación y civismo, mucho mejor.
Manuel Baila 